
Implacable por Paty Herrera
El primer informe presidencial de la señora Sheinbaum confirma lo que muchos sospechábamos: Fue una calca de los discursos soporíferos de su jefe, AMLO. Con un guion predecible, la SeñorA PresidentA con A, buscó instalar la idea de que México progresa, aunque los datos y la realidad diaria contradicen su discurso.
Uno de los puntos más vergonzosos fue el de salud. Sheinbaum habló de un “sistema fortalecido” y presumió el abasto consolidado de medicamentos, la construcción de nuevos hospitales. Sin embargo, el rezago en el abasto es inocultable. Hay hospitales que siguen sin surtir tratamientos básicos, pacientes crónicos que peregrinan de farmacia en farmacia y niños con cáncer que aún esperan la quimioterapia que el Estado les debe. Lo mismo que se prometió desde 2019 sigue siendo una deuda: el acceso pleno a medicinas. En este terreno, las palabras del informe son un insulto para miles de familias.
La seguridad, otro eje del discurso, tampoco resiste la prueba de la realidad. Se habló de reducción en delitos, pero la violencia homicida, el cobro de piso y el control territorial de grupos criminales pintan un país sometido. La 4T parece muy cómoda administrando la tragedia en lugar de enfrentarla.
En lo económico, Sheinbaum celebró un crecimiento que en realidad se sostiene en dos pilares muy frágiles: las remesas y la enorme dependencia de Estados Unidos. Washington dicta cada vez más la agenda mexicana, ya sea en materia energética, migratoria o comercial. El informe evitó mencionarlo, pero basta revisar las últimas tensiones por las consultas del T-MEC y las presiones sobre política migratoria para entender que la “soberanía” de la que presume Sheinbaum es, en el mejor de los casos, una falacia.
La contradicción es evidente: mientras Claudia, insiste en la autonomía nacional, pero México se encuentra más sometido que nunca a las decisiones de Donald Trump. La inversión, el crecimiento y hasta la estabilidad política dependen en buena medida de no hacer enojar al monigote anaranjado.
Y en lo político, el panorama no mejora. El discurso del diálogo choca con una práctica autoritaria: un Congreso sometido, un Poder Judicial como punta de lanza para debilitar contrapesos incómodos. Más que una apuesta por la modernización, parece la consumación de la venganza personal de Andrés Manuel López Obrador.
El primer informe de Claudia Sheinbaum deja la amarga sensación de déjà vu: promesas infladas, cifras maquilladas y una peligrosa regresión al oscurantismo político del PRI.