Implacable por Paty Herrera

Dicen las malas lenguas que México es el paraíso de los asesinos seriales. Algo que suena completamente perturbador, pero si analizamos el ambiente colérico y la violencia exacerbada que hay en nuestro país, es perfectamente posible que un ignoto se aproveche de esta situación para asesinar y salir indemne por sus trasgresiones.

Más de 30 años han pasado desde que el sombrío caso de “Las Muertas de Juárez” despertara el temor y la zozobra de los mexicanos. Una década antes de que iniciará el terror de la guerra contra el narco de Felipe Calderón, el hallazgo de los cadáveres de jóvenes trabajadoras de la maquila en Lomas de Poleo y Campo Algodonero, cambiaria para siempre la percepción de nuestra realidad.

Al largo de los años y décadas posteriormente, las autoridades fueron incapaces de establecer un móvil real, ni tampoco la identidad del autor de los terribles asesinatos. A pesar de que el perfil de las asesinadas siempre fue el mismo: mujeres morenas, jóvenes, de clase baja, trabajadoras o estudiantes, sus restos mostraban los mismos signos de tortura y abuso sexual. Todas y cada una de ellas fueron abandonadas en el desierto, en la misma posición e iguales condiciones.

La Fiscalía se limitó a presentar como presuntos culpables a diversos narcomenudistas, proxenetas, pandilleros, taxistas y hasta a familiares de las asesinadas. Quienes denunciaron haber sido torturados para admitir los crímenes.

El químico egipcio Abdel Sharif a quien se le adjudico la responsabilidad por diversos homicidios, murió en prisión en 2006, sin ninguna prueba concluyente de que fuera el responsable de los asesinatos. La fiscalía ignoró el hecho que continuaran apareciendo cuerpos en el desierto de Chihuahua a pesar de que el supuesto homicida ya había sido capturado.

El gobierno mexicano solo admitió la existencia de casi 400 féminas asesinadas de 1993 a 2009. No obstante, diversas investigaciones forenses externas señalan que en realidad fueron cerca de 800 cadáveres los que fueron encontrados. Muchas de estas mujeres nunca fueron identificadas ni se investigó su lugar de procedencia.

A pesar de que se ha intentado reabrir el caso y de que muchas organizaciones civiles han abogado porque se realicen nuevas investigaciones, el fenómeno de “Las Muertas de Juárez” ha permanecido en el más absoluto secretismo e impunidad. Y por inverosímil que parezca, en 2022 se descubrieron los restos de 3 nuevas víctimas en el desierto de Samalayuca, en escenarios idénticos a los encontrados en los noventas. Hecho que la Fiscalía admitió, pero que no vínculo al caso original.

Por otro lado, en 2014 aparecieron dos jóvenes enfermeras asesinadas bajo el mismo modus operandi, una de ellas fue Ericka Kassandra Bravo. Ambas fueron encontradas en medio de la nada y mostraban signos de tortura y violación, el homicida desolló el rostro de las dos, lo que muy probablemente tomó como trofeo.  Ericka en Michoacán y la segunda en San Luis Potosí. Un suceso que nunca se investigó a profundidad y solo quedó como un número más en las estadísticas de crímenes sin resolver de México.

El feminismo político. Ese ente corrupto e hipócrita, se adueñó la lucha de diversos colectivos y de familias buscadoras para conseguir poder y dinero. Si algo han dejado en claro las feministas no solo de Morena, también del PRI y el PAN. Es que a ellas solo les importa engordar sus cuentas bancarias y enquistarse en el poder.

Para muestra de esto, recordemos como las diputadas de Morena defendieron a Félix Salgado Macedonio y a Cuauhtémoc Blanco. Dos presuntos abusadores sexuales que hasta el día de hoy presumen su impunidad con el cinismo que solo la izquierda mexicana es capaz de tener.

Las mismas feministas que nunca hablan de la violencia extrema que también sufren los varones. Padres, esposos, hijos y hermanos que dejaron un vestigio de dolor y abandono en sus familias. En México hay miles de crímenes que jamás se investigaron, hombres y mujeres que nunca volvieron a sus hogares y que el tiempo se encargó de ocultar a sus asesinos.

“Muerte no te vanaglories…

Aunque algunos te han llamado terrible y poderosa. No lo eres…

Aunque pronto nuestros mejores hombres parten contigo.

Descanso de sus huesos y liberación de su alma.

Aquellos a quien tú crees que puedes conquistar…

No mueren, pobre Muerte. Tampoco puedes matarme…”

John Donne

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