
Por Norma Tlalolini
Deja que la vida siga, cada persona esta donde debe estar, el agua siempre busca su nivel, jamás lograrás que un gallo sea un pavorreal por mucho que lo adornes, es mejor aceptar que nos hemos equivocado ya que jamás lograrás ayudar a quien no desea ser ayudado.
Hay familias tan disfuncionales que prefieren “machos mujeriegos y borrachos”, que “hombres exitosos, responsables y felices”; así está hoy nuestra sociedad, igualmente mujeres que adoptan ese mismo rol y con ello se creen libres y fuertes, cuando en realidad la libertad conlleva responsabilidad y la fortaleza viene de tu interior.
Por desgracia hoy existen familias donde el alcoholismo, la drogadicción, la delincuencia, la deslealtad, infidelidad, la neurosis de madres frustradas y la envidia de familiares, son lo más común y aceptado, y quien llegue intentando conducirse con valores, confianza, apoyo y buenas intenciones es un insulto a su forma de vida, por lo que repelen con agresiones, saboteando los logros de los demás.
El terrible error que comete el ser humano es enorgullecerse de lo que lo lleva a su propia perdición, gana quien a pesar de apostar a un perdedor, logra soltarse antes de hundirse en el mismo juego; y de eso se trata, de apostar, de arriesgarse, pero jamás hundirse en la perdición, cambiar la dirección de las velas en la embarcación nos permite conocer horizontes que pueden enriquecernos como personas.
Cuando las aguas se calman, el lodo se estanca y el agua cristalina sale a flote.
Gracias a la vida que me sigue dando tantas oportunidades, aprendizajes, tanto que agradecer y momentos que disfrutar, gracias por un fin de semana formidable.
