Por Norma Tlalolini

Existen varones que prefieren estar al lado de una mujer que sientan inferior por la necesidad de sentirse admirados, otros prefieren un harem de fans para elevar un ego roto; pocos son aquellos que se sienten cómodos al lado de una mujer independiente y autosuficiente, sintiéndose amados y respetados, así mismo dar ese mismo respeto, lealtad y valor, les cuesta trabajo; y no, no somos iguales, somos inmensamente diferentes, y en esa diferencia existe la magia del amor en correspondencia.

Las mujeres no solo se relacionan con el hombre, sino con ese sueño o proyecto de vida que ponen en esa relación, por lo tanto cuando existe una separación existe un doble duelo, el duelo de la pérdida del ser amado y la relación; y el duelo del proyecto o sueño de vida a través de esa relación.

Hoy vemos mujeres rotas con sueños de pareja o familia quebrantados, enfocándose sistemáticamente en su poder personal, económico y proyectándose con un futuro prometedor a nivel personal; vemos hombres divagando entre montones de mujeres rotas buscando relaciones casuales por miedo al compromiso y al dolor, con una armadura ambos por miedo y no por amor.

Relaciones tóxicas y destructivas, tienen su origen en la violencia introspectiva.

La violencia introspectiva es la que nos vamos generando nosotros mismos a través de la autoexigencia y el miedo a la crítica, el temor a no ser suficientes, la necesidad de la pertenencia y la aceptación social.